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Humanización, sobre-protección, sobre-excitación

Muchos de los problemas de conducta en los perros son generados por los humanos a lo largo de su crecimiento. Se estima que alrededor del 20% de los perros en el mundo sufren ansiedad por separación. Aunque algunos tienen una predisposición genética, la mayoría de los problemas surgen por una mala comprensión del perro y una educación inadecuada. Esto ocurre cuando fomentamos ciertas conductas, los humanizamos, los sobreprotegemos o los sobreestimulamos.

Problemas como la ansiedad por separación o la reactividad son causadas en un más de 90% por una incorrecta educación.

El comportamiento de un perro se moldea desde sus primeros contactos con los humanos. Por eso, no solo es importante corregir problemas a tiempo, sino también prevenirlos. Infórmate y prepárate antes de que tu perro llegue a casa.

¿Cuándo, por qué y cómo se desarrolla un problema de conducta en un perro? Su adaptación y comportamiento dependen de tres factores clave: sensibilidad, nivel de energía y nivel de miedo. Si tu perro es calmado, tiene una energía media o baja, es sociable y no muestra miedo, no necesitará una educación compleja. Pero si tiene alta sensibilidad, es enérgico y/o temeroso vas a tener problemas sí o sí, así que no esperes a que el problema se resuelva solo. ¡Contáctame!

El reto es el humano, no el perro

El perro no suele tener problemas para aprender; el verdadero problema suele ser el entorno y los humanos.

Una impronta inadecuada, una socialización deficiente, la sobreestimulación, la presión excesiva o reforzar ciertos estados emocionales pueden afectar a tu perro, especialmente si no es un perro calmado, sociable o con energía media/baja.

Si después de las clases vuelves a cometer los mismos errores de antes, el perro repetirá las conductas previas.

Así que sí, el cambio depende de ti.

Casos más complejos

1) Excluyendo casos de trastornos neurológicos, los perros más difíciles de manejar suelen ser aquellos con déficit de atención, aunque representan un porcentaje muy pequeño.

2) Igualmente complejos son los perros que han sufrido privación sensorial durante su etapa de impronta. Son casos extremadamente difíciles, donde la calma, la paciencia y la perseverancia serán tus mejores aliados.

3) Perros con gran fuerza física que han recibido una educación incorrecta o nula. El problema aquí es que los dueños suelen pedir ayuda demasiado tarde, cuando el perro ya supera sus capacidades de manejo. En la etapa de cachorro, no notan el problema, pero al crecer y volverse difíciles de controlar, restringen su socialización y adaptación al entorno. Esto genera altos niveles de estrés y comportamientos reactivos. (Ejemplo: algunos ejemplares de razas american...)

4) Perros con una fuerte carga genética de trabajo. Si sus padres, abuelos y bisabuelos pastoreaban rebaños, es muy probable que desarrollen ese instinto de forma natural y no entiendas el por qué de ciertos comportamientos. (Ejemplo: algunos ejemplares de Border Collie)

5) Perros con problemas derivados de la consanguinidad. En algunos casos, los cruces indiscriminados entre parientes cercanos pueden generar alteraciones de comportamiento, incluyendo conductas violentas. (Ejemplo: algunos ejemplares de Bulldog Francés)

6) Perros de muy alta sensibilidad y temerosos que han sido sobre-protegidos, humanizados y sobre-excitados por los dueños. Presentan una impronta fallida, un hiperapego tóxico con el dueño y un nivel de ansiedad muy severo en las situaciones de separación